"EL GENERAL Y SUS SOLDADOS"

                                   

 Este relato va dirigido a quien pudiera interesar y a quien se sienta aludido por el

Fabula

“El General y sus soldados”

 

   Sorprendido y despatarrado el General, releía el último artículo publicado por una tal Rut; el nunca malgastaba el tiempo leyendo cosas de animales; son eso; animales, se cansó y oteó el horizonte por uno de los balcones que daba a una de las calles principales de una gran ciudad; su ciudad.

  Posó sus ojos e imaginó algunas historias de personas;

 De esas personas que él consideraba sus soldados, los mismos que paseaban en ese momento por debajo de su balcón,  siempre por debajo…

              ..........

  -Willy esta es la historia de tres “soldados antibelicistas” que únicamente deseaban contarle a su general su pequeña historia.

Pero su General estaba absorto en sus propios sentimientos y pensamientos, solo, preparando su próxima batalla...

     Como siempre que cuento algo, Willy, yo deseaba garrapatear  sobre una mujer que cuando    reparó en un vencejo desfallecido en el suelo, intento hacer que remontara de nuevo su vuelo, lo   intento varias veces, hasta que, desesperada porque no volvía a su hábitat natural, lo dejo en  un  alfeizar de una ventana y volvió a su casa lloriqueando por no saber lo que sería de él sin su   vuelo, sin su vida natural.

  Vencejo, ¿quieres volver a volar?

  Y escuchaba

 -¡SI QUIERO VOLAR¡

 Y así se lo repitió hasta tres veces, pero el vencejo no volvió a remontar su vuelo, a vivir su vida

… y ésta;  se extinguió.

Lo he intentado todo, seguía con sus pensamientos, ya no ocultos, lo he intentado, no he podido.

Y se durmió pensando en el vuelo del vencejo.

Ella hubiera deseado ver desaparecer al vencejo en un perfecto  y oscuro cielo, como un día leyó en un libro que le regalaron allá en su ya inaccesible niñez.

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          -Willy y también deseaba gasguear sobre un gran amigo que después de varios años de la muerte de su perro Heaven, y muy asiduamente camina varios km en plena sierra para visitar la tumba del perro que marco su supervivencia, y para recordar lo que para él  y su esposa significo en su estabilidad de vida.

Nunca, a pesar de los  años transcurridos desde su muerte, podemos todavía contener las lágrimas, me decia.

Y sigo pensando en ese hombre exasperado, no deseando compartir su ya ajada vida con otro perro por creer que los recuerdos volverán; él prefiere visitar la tumba de quien fue, su anhelo, su compañía en noches vacías y  sueños alterados.

Y mirando el hipogeo de mi Heaven entre lágrimas, pensaba, ya; y de paso, “conversamos” un poco con él, esto me ilustra.

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                                                                Cuanto llore sobre ti…

   

 

 

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          - Willy y  también intentare indagar en mi pensamiento como serian las lágrimas  de unos ojos temporalmente inertes, que en su hermosura, un día enamoraron. Y ahora, ya esos ojos ajados y "rotos" por el paso del tiempo, y tranquilos de soledad y hermosura, lloran con anhelo la pasión que un día existió y que hoy, se alejó.

El, ya no volverá, aunque ella lo siga añorando, engañándose por pretender que, “su vida pudiera volver  a comenzar”.

  ¡Bendita " soledad"¡  

     “Te buscare una novia catalana; recuerdo que me decía.-   Y en ello, después de este    pequeño bache erróneo, en su existencia, seguirá…      

         Y añadia;   ajajaja, yo como la B.B., di mi juventud a los hombres, pero mi  experiencia y sabiduria serán para los animales                      

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  Y sueño con un General sin soldados, creyéndose henchido de victorias.

Cuál fue su realidad, que al despertar, era todo  truncamiento, agonía, desesperación, sangre y muerte, en el momento de su mayor arrogancia personal.

No supo dirigir en los relámpagos más álgidos a sus ejércitos antibelicistas hacia la gloria anhelada.

 –“Fue soberbio, ineficaz, altanero, ególatra, vanidoso y fatuo. No supo aprovechar los momentos delicados de eficacia.

Y sus soldados se derrumbaron desfasados en el tiempo, lujuriosos de soledad, henchidos de podredumbre y repartidos por campos sin batallar.

Y el general rumió:

“Tuve todo el poder, toda la soldadesca a mis pies, y así fue después de la batalla que no supe plantear, para  llevar a mis soldados a la victoria final; ahora solo recogeré, lo que me resta de ella; las migajas.

¡Son estos soldados que no saben luchar… pensó!

Y el General se enseñoreó con recordar sus próximas victorias.

Y siguiendo con sus pensamientos, volvió a escudriñar de nuevo por su gran balcón preferido, el que mejor vistas le proporcionaba, y observó una mujer intentando hacer volar a un vencejo, que dirigiéndose a este le susurraba con voz dulce y melodiasa: que no era solo huesos y plumas. Se, como antes de caer; eras una perfecta idea de libertad y vuelo, sin limitación alguna; ¡vamos vuelve a surcar  los cielos.

Y distinguió a otra mujer de pelo color plata con ojos llorosos y tristes que pasó debajo de su balcón, inhibida en sus futuros pensamientos y se coloreo de nuevo en las batallas que vendrían, y siguió creyendo de nuevo en la victoria, y en que las dirigiría desde su despacho, pues para eso era un General y eso de salir a luchar….

Y  reparó después en el caminar cansino de un hombre, abatido, cabizbajo, gafas oscuras, posiblemente para tapar la tristeza que le otorgaba su barba blanca, sus ojos encerrados, confinados y repletos en lágrimas, gorra encajada y descuidada, tirando de una correa de perro, pero sin que nadie lo acompañara  a su vera.

Estos soldados son débiles, todo sensibilidad, siguió  pensando.

¿O es que yo desde mi cómoda  mecedora no se disponer, resolver y decidir; Me debo dejar aconsejar por mis leales subordinados que están en el campo de batalla?. Y acto seguido desechó  estas ideas, por absurdas.

https://www.juventudrebelde.cu/file/img/caricaturas/2009/11/1848-caricaturas-g.jpgYo solito ganaré todas las batallas que quedan y esta guerra. Mis ideas son únicas, son, perfectas.

Y sus planes, batallitas y soldaditos de plomo, siguieron “evolucionando” sobre los planos y el papel, y siguió y persiguió hasta que  derrochó y dilapidó los últimos “soldados antibelicistas” bajo sus órdenes, y también la última de sus  batalla.

Y asi al final; perdio la guerra.

Y el General siguió su camino, intentando convencerse de que no fue por su falta de pericia, ni valerosidad, ni esfuerzo, por lo que él no supo vencer en aquellas batallas y hacerse con la victoria final.

Y llego a la conclusión; pensada, tardía, pero ecuánime con su “valor”; de que:

-"Eran simplemente porque sus soldados estaban verdes en el arte de guerrear."

Y mientras, la guerra de soldados antibelicistas continuaba en las trincheras, sin balas, sin armas, sin moral; ya lo único que les quedaba a estos era su voluntad, a esos soldados incansables, de guerrear, en una guerra, que ya daban por perdida,

Me iré a buscar otros soldados, otras batallas, otras guerras, y haré otro ejército de soldados pero que no sean antibelicistas, siguió con sus pensamientos el General.

Willy y en ello sigue el General…