Siempre a tu lado

 

Cuando duele el corazon.

“Mírale a los ojos a tu perro y veras un amor indiscutible”

Para ti, que me quisiste

 Vacía de errores tu alma, déjala fluir. Yo, estaré contigo.

 Los astros se conjugaron para que yo me alejase y ellos siguieran juntos. Sed felices ahora los dos,   como antes lo fuimos los tres, mientras compartimos nuestras vidas. Me alejo, pero seguiré a vuestro lado, cuidándoos.

 Gracias por estos años junto a vosotros. He sido un perro querido y feliz.

 No culpéis a nuestro Dios por habernos dado tan pocos años de vida. El a veces es egoísta y, cuando  pasa un tiempo, quiere de nuevo a sus ángeles a su lado.

No sufráis por mí, os esperaré a todos los que me habéis querido. Ya nunca volveremos a separarnos y gozaremos de una felicidad eterna.

Sé que lloraras por mí. No lo hagas allá donde voy te seguiré cuidando. Arriba junto a nuestro Dios, no  existe el dolor y, con este ya marchito, regresará de nuevo mi sonrisa.

Willy

 

>>Y la vida pasará y yo seguiré recordándote.>>

 

Para el, para mi Willy, al que tanto quise.

Desde que te fuiste me faltan las fuerzas para sujetar mi dolor. La soledad rompe el silencio de la casa donde fuimos felices.

Nunca creí que se podría querer de la forma que yo lo hice contigo. Jamás pensé que iba a derramar tantas lagrimas por ti.

Cuando me levanto, mi corazón enmudece de tristeza por no verte a mi lado. Mis ojos se plagan de escarcha y dejan deslizar lágrimas que brotan saturadas de sal embebida de dolor, para volver a visitar mis ya ajadas mejillas.

Pero le doy gracias a mi Dios por haberte dejado formar parte de mi vida y gozar a cada instante de tu compañía.

Estos catorce años a tu lado los puedo resumir en solo unas palabras: te he querido hasta el infinito, pero no tanto como tú a mí. Ahora, me toca aprender a saber amar como tú lo hiciste conmigo.

La melancolía y la tristeza me siguen como una sombra pegada a mis pies.

A ti, mi Willy, seguiré recordándote con los ojos cerrados entre rosas de papel y jardines de porcelana.

Mi último pensamiento cada noche será para recordarte, dando las gracias al final de cada día por lo feliz que fui a tu lado.

 La noche me abruma y en su silencio, escucho sus ladridos como se alejan de mí. Cierro los ojos y estos   vuelven a derramar unas lágrimas llenas de dolor, que serán perennes hasta el final.

 Saluda a Atom. Y a mí abrázame cuando vuelva a gozar de tu compañía, para toda la eternidad.

 Se feliz allá donde estés.

Manu